“Tenía sobrepeso y entonces empecé con actividad física, con gimnasios y todo, hasta que me descontrolé con el peso. Estaba yo en el peso ideal y me seguía viendo igual que antes. Mi figura era igual e incluso era el doble. Entonces mi mamá se empezó a preocupar porque decían que tenía síntomas como de anorexia. Pasé por psicólogos, neurólogos, psiquiatras, todo.. y me decían que tenía anorexia pero no tenía resultado, me miraba al espejo y era el doble, cada vez más gorda, gorda”.
La que habla es Andrea, tiene 17 años y hace unos meses, en agosto de 2006, pesaba 28 kilos. Debió ser internada porque ya no era capaz de caminar, subir un escalón o respirar. Todo le pesaba y no tenía energía para nada. Estaba débil pero se veía gorda. Tenía anorexia.
La que habla es Andrea, tiene 17 años y hace unos meses, en agosto de 2006, pesaba 28 kilos. Debió ser internada porque ya no era capaz de caminar, subir un escalón o respirar. Todo le pesaba y no tenía energía para nada. Estaba débil pero se veía gorda. Tenía anorexia.
Perfil que presenta una persona con anorexia. “Son personas que son intelectualmente saludables, que tienen un coeficiente normal, son muy productivas cuando quieren”. “Nosotros siempre decimos que las anorexias son las abanderadas de la clase, son así, son las mejores de la clase. La autoestima super baja pero son las mejores, son las que hacen ejercicio, son las deportistas maravillosas. En general, el perfil de la anorexia es ese”.
La anorexia, entonces, es una restricción en todos los órdenes por el miedo a engordar y el rechazo al mantenimiento del peso. Hay una distorsión de la percepción del propio cuerpo. Otro de los síntomas es la amenorrea, o sea la interrupción de la menstruación por al menos tres ciclos.
Se describe a la anorexia y la obesidad como dos extremos del mismo problema. Una se identifica con la víctima y la otra con el villano.
“La anoréxica es la gran víctima y el obeso es el gran villano. Es el trasgresor, el que no sigue la reglas del juego. Las reglas del juego son muy claras: el sujeto tiene que gastar tiempo y dinero y tener disciplina para modelar su apariencia. Tenemos esas dos polarizaciones, antagonismos, esos dos grandes cuadros psiquiátricos, uno personifica la gran víctima, que lleva los dictámenes actuales al paroxismo y el obeso que es el gran trasgresor, visto con gran antipatía”.
“La anoréxica es la gran víctima y el obeso es el gran villano. Es el trasgresor, el que no sigue la reglas del juego. Las reglas del juego son muy claras: el sujeto tiene que gastar tiempo y dinero y tener disciplina para modelar su apariencia. Tenemos esas dos polarizaciones, antagonismos, esos dos grandes cuadros psiquiátricos, uno personifica la gran víctima, que lleva los dictámenes actuales al paroxismo y el obeso que es el gran trasgresor, visto con gran antipatía”.
Cada dia personas mas jovenes presentan la enfermedad. “Antes era de 16 en adelante, con 17. Ahora de repente consultan con 12 años, 13 años, 14. Entran en tratamiento con 14. Cada tanto aparecen niños que en general son madres que tienen el problema y entonces se lo transmiten a sus hijos”.
Dice Gimena (22 años) “Nos fuimos de campamento y había milanesa con puré. Me provocó tanto rechazo que me hicieran comer una milanesa con puré... Era como... ‘¡pah, todo lo que voy a engordar!’ Y entonces no aguanté y fui a vomitar. Entonces, cuando fui y probé las cisternas –porque las bulimias somos muy calculadoras y hacemos todo como para que nadie se entere, manejamos todo muy bien-. Fui, tiré la cisterna y andaba. Fui y vomité y después no anduvo más. Ahí fue que me descubrieron. Yo tenía la necesidad de hacerlo, no aguantaba la comida arriba”, recordó. Gimena estaba en segundo año de liceo y una amiga le había enseñado a provocarse los vómitos. Hacía más de un año que vivía obsesionada con la comida. Su vida, según recuerda, era una dieta. “Todo era una dieta, todo era una dieta. Mi vida iba en función de la dieta que iba a hacer, los kilos que iba a bajar, lo que comía en el día, lo que no. Como que todo el tiempo era pensando en eso. Yo tenía una bulimia entonces era muy difícil mantener las dietas, la bulimia básicamente es una restricción y después atracón. De repente no comía en todo el día, comía una manzana y después llegaba la noche y me moría de ansiedad y me comía dos alfajores. Me acuerdo que algo muy marcado era que toda la plata que tenía era calculada en golosinas. Ir y comprar un alfajor... Hasta que una amiga del colegio me enseñó a vomitar y empecé un día porque me sentía mal, pesada por haber comido y así se empezó a ser un hábito”, dijo Gimena.
1 comentario:
hola...tu historia es parecida a a mia...suerte!
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